Las dulces notas de aquella hermosa melodía llegaron hasta su interior, y calmaron a la bestia que rugia dentro de su alma.
La bestia guardo sus armas y dejó que la hermosa melodía la envolviese en una estela de colores; colores perfumados con olor a libertad, llenos de imperfecciones que los hacen especiales, imperfecciones que los hacen brillar.
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