viernes, 3 de septiembre de 2010

Ilogicamnete Ilogico.


Ya me explicarás en qué derecho estás para acabar siendo alguien tan importante para mí. Sólo quiero saberlo. ¿De dónde sacas tal valor? Y que la maldita ciudad esté totalmente vacía, sus calles llenas de cuerpos huecos, de sentimientos y miradas ajenas. A cuales no importo, ni deseo hacerlo, quienes desconocen mi deseo a eliminarlos de aquí, sólo para recordar mejor, tampoco tengo nada en contra de ellos, lugar equivocado, mi memoria los borrará. Y el silencio esta vez resuena con fuerza. Y no entiendo tu valor, tus ganas constantes de tenerme ahí, ni mis ganas constantes de que sigas aquí. No te echaré ni de menos, ni de más, porque sé que estarás aquí. Me lo dijiste en su día. Las miradas no dejan de brillar por magia, las risas suelen tener un motivo, el humo suele salirnos por las orejas, y las locuras no están demás entre nosotros. El verano otra vez, caluroso, en una habitación de cuatro paredes. Y no puedo poner estas palabras en tu boca, pero yo jamás sentí esto por alguien. Un amor inexplicable, sin razón de ser y mucho menos de sentir. Ilógico ante unos ojos ajenos, pero una lógica aplastante para quien la siente!

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