miércoles, 26 de enero de 2011

Algo que ni tengo, ni tendré.


Suelo preguntarme cómo puede ser que un simple cigarro sea fuente de una inspiración desaparecida. Suelo preguntarme de dónde salen las palabras cuando no hay sentimientos. Páginas blancas que rellenar. Se cierran las flores con el sol del crepúsculo, rayos naranjas que tiñen un paisaje cargado de descuidos. No hay nada, ni siquiera sombras que asusten. Estoy sola, y aún así desearía ser invisible, un simple espía sin palabras que gritar, sin gritos que esconder. Ha caído el invierno, es como un lapicero lleno de colores secos y fríos, pero yo, me resisto a él, con mi bolígrafo negro; tintándolo todo de tristeza. El frío en un corazón que se niega a latir el color rojo por falta de sentimientos. No hacen falta nubes para que oscurezca, solamente las palabras de un alma en pena. No estoy triste, tampoco me siento feliz, pero me siento vacía, e intento llenarme con caladas de humo peligroso, que me ennegrece por dentro y me calma las ansias. Ansias de algo que no tengo.

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