miércoles, 26 de enero de 2011

Solías ser una perla.


Te juegas el todo o nada, balanceándote en el error, confiando en que no caerás nunca, pero sí que puedes caer. La vida te cambia en un segundo, tu mundo deja de ser tuyo, ya no hay algo que tengas que entender, porque no reconoces nada. Ya no eres tú… te falta ese algo que te hacía sentir especial. Solías ser una perla capaz de dominar el mundo, y ahora simplemente te has encerrado en ti misma, con motivos suficientes para no volver a salir.

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